Marta Maffei advierte sobre el peligro de derogación de la Ley de Glaciares
Conversamos con la histórica dirigente docente y principal promotora de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de los Glaciares y del ambiente Periglacial.
DESTACADO
6/25/20253 min read

La ex-Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y Diputada Nacional, fue entrevistada el pasado 25 de junio por el programa "Aire Fresco". El motivo de la comunicación, fue la preocupación de muy amplios sectores de la sociedad por la vocación del gobierno de Javier Milei de derogar la Ley Nacional de Glaciares. Habiendo sido una de las principales promotora de la Ley, se tomó un momento para explicar qué protege la Ley y por qué es importante luchar por su sostenimiento.
En este sentido explicó que "el glaciar es la parte blanca, que todos vemos que sobresale. Pero debajo de la parte blanca, hay una zona en la que está congelada el agua que se viene derritiendo del glaciar cuando hay sol, y las piedras, forman una especie de manto protector del glaciar, esa es la zona que se llama perigracial. La protección de la ley es que en esa zona, en la zona glacial y en la zona perigracial, no se pueden realizar actividades contaminantes, porque ese es el agua que bebemos todos nosotros. El agua dulce de superficie es muy poquita, el 2,5% de toda el agua que tiene la tierra es agua dulce, pero el 70% de esa agua está congelada, estoy hablando de los polos, de la Antártida, de Groenlandia y parte de ese hielo que queda, son resabios de la edad de hielo, queda en las cúspides de la montaña".
Consultada sobre por qué querrían derogar la ley nos explicó que se encuentra relacionado con los intereses de la megaminería. En este sentido señaló que esos emprendimientos utilizan un método conocido como lixiviado, que consiste en utilizar agua con compuestos químicos para hacer pasar entre las rocas volcánicas y separarla de los metales preciosos. "Son piletas que son lagos, en realidad, que tienen dos o tres hectáreas con 200 o 300 metros de profundidad, llenas de agua de los glaciares, y ahí colocan el mineral que viene, que han molido, digamos, de la roca, y le agregan unos 60, 70 químicos para hacer flotar las partículas de oro, de cobre, o las que andan buscando. Por 500 años no hay ninguna posibilidad de sanear esa agua, que ha sido utilizada para los procesos llamados de lixiviación, es decir, meter en esas piletas de agua cavadas en la roca, la enorme cantidad de millones de millones de litros de agua, con esos químicos, para sacar, a lo mejor, de toda una pileta, una barra de oro".
Al respecto, recordó las dificultades que tuvo que atravesar su proyecto de ley en el proceso de ser sancionada: "Mi proyecto de ley de glaciares salió en el año 2007 y rápidamente tuvo, aprobación total en la Cámara de Diputados y en el Senado solo se abstuvieron, no votaron en contra, tres senadores de la provincia de San Juan, iba contra los intereses mineros de San Juan que no querían que la ley se votara. La ley salió. A los 15 minutos que salió la ley, Cristina Fernández la vetó. ¿Por qué veta la ley? Bueno, estaba reunida con Peter Moon, que era el presidente de la Barrick Gold, que es la empresa minera grande de San Juan. La ley los obligaba, no a no hacer minería, podían seguir haciendo, podían seguir extrayendo nuestra riqueza y llevándosela. Pero lo que les hacía es más costoso el proceso, porque tenían que extraer de lugares en los que no podían destruir el glacial para generar el proceso de la lixiviado".
Sin embargo, destacó que el principal motivó por el cual la ley se pudo sancionar es por el inmenso apoyo popular que cosechó: "La sociedad reaccionó. Desde San Juan, me acuerdo con se organizó una bicicleteada, son 1.400 kilómetros hasta Buenos Aires, de cientos de personas que se vinieron en bicicleta exigiendo que se mantuviera la ley de glaciares. Después fue todo el país, hubo mucha presión social y mucha crítica de parte de los espacios académicos, de las universidades, de los institutos de investigación científica en el mundo, porque cuando Cristina había viajado antes, había llevado el proyecto de ley a un encuentro internacional, planteando que Argentina hacía este aporte al cambio climático". Destacó, en aquel momento, el apoyo del entonces senador Daniel Filmus, que resultó clave para la aprobación: "Daniel dice, vamos a hacerle una pequeña reforma, dos articulitos, le vamos a poner que hay que avisarle al ANIGLA [Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales] cualquier alteración y que el inventario tiene que estar terminado en dos meses, o sea, pequeñas alteraciones que no cambiaban absolutamente el sentido de la ley. Pero con esos dos cambios era una ley nueva. Y entonces con la mitad más uno se alcanzó, raspando, pero bueno, la ley salió".
En este sentido, destacó que es la participación social lo que posibilitará la defensa de la ley: "Yo lo advertí hace muchos años, me acuerdo en el 2010 cuando la ley salió, que en una radio les dije, no se crean que esta victoria es la última vez que vamos a tener que pelear. Claro, como suceden muchas leyes en Argentina que son modelo para el mundo, pero que si no se hacen cuerpo y carne y no las salimos a defender, quedan una letra muerta".